¿Será la consellera Bonig la Felipe V de L´Alcora?

Xátiva, durante los siglos XVI y XVII, fue una de las ciudades más importantes del Reino de Valencia, a la par que la hoy capital de la Comunidad. Sin embargo, en la Guerra de Sucesión por el reino hispánico, Xátiva participó de forma muy activa apoyando al archiduque Carlos, el pretendiente a la corona por parte de la Casa de Austria. Tras la muerte de su hermano, el archiduque Carlos se convirtió en el heredero del imperio Austro-Húngaro. De ahí que regresara a su tierra para convertirse en el nuevo emperador y dejara en la estacada a un Reino de Valencia que, junto con el resto del Reino de Aragón, acabó sucumbiendo al empuje de las tropas del otro pretendiente al trono, el Borbón Felipe de Anjou.

Xátiva fue una de las ciudades que más duramente resistió el asedio de las tropas borbónicas. Este hecho le costaría muy caro, puesto que en 1707, tras ganar la contienda y ser proclamado nuevo rey hispánico, el ahora Felipe V mandó expulsar a sus habitantes, cambiar el nombre de la ciudad por el de “Colonia Nueva de San Phelipe”, incendiarla. Se dice que Xátiva ardió durante ocho días seguidos, destruyendo por entero la ciudad.

Una vez reconstruida, los ciudadanos colgaron en el consistorio municipal el cuadro del rey Felipe V, como así obligaba una Pragmática Real de la época. Sin embargo, en señal de desaprobación por la dura represalia tomada contra la ciudad, lo hicieron boca abajo. Hoy todavía sigue manteniéndose el cuadro en la misma posición original para recordar la barbaridad cometida por el Borbón, aunque no se expone en el consistorio sino en el Museo de Bellas Artes de la ciudad.

¿Será este el mismo destino que le espera a la consellera Bonig en municipios como L´Alcora, Moró, Figueroles o Costur? ¿Acabarán sus ciudadanos y ciudadanas siendo expulsados de sus casas por los insoportables olores y las emisiones tóxicas que desprenda las chimeneas de la incineradora de residuos tóxicos y muy peligros que la Conselleria va a dejar instalar a menos de 3 kilómetros de Moró y L´Alcora? ¿Serán estos pueblos literalmente “incendiados” por sus humos tóxicos? ¿Desaparecerán sus nombres de los mapas de carreteras al haberse convertido en pueblos fantasma repletos de casas vacías carentes de vida humana? Quién sabe. Sólo el tiempo, la irresponsabilidad empresarial y la dejadez institucional pueden lograr que algún día todas estas preguntas puedan ser respondidas positiva o negativamente.

Digo dejadez institucional porque la consellera Isabel Bonig, emulando al tan criticado Poncio Pilatos, se lava las manos en la legalidad vidente para no tener en cuenta a los 350.000 afectados por la incineradora y continuar adelante con un proyecto público que será gestionado por una empresa privada.

Digo irresponsabilidad empresarial porque el único argumento que expone la mercantil adjudicataria del proyecto para construir la mayor incineradora de España a menos de 3 kilómetros de Moró y L´Alcora es que la nueva legislación en este sentido es muy dura y dota a las incineradoras de una seguridad excelente. Curioso tratándose de una empresa que Conselleria ha expedientado en varias ocasiones por graves irregularidades en su gestión, como así ha reconocido hace pocas semanas la propia Conselleria, entre las cuales destaca la acumulación en unas instalaciones anejas sin homologación de casi 2.000 depósitos de residuos con material contaminante. Pero además, yo me pregunto ¿qué les debieron decir a los millones de afectados de toda Europa que se han visto expuestos a las incineradoras antes de la existencia de esta "legislación impecable e inmejorable" para el control de las incineradora? ¿Que la legislación de aquel momento era "extremadamente dura y dotaba las incineradoras de una seguridad excelente"? Pues seguramente sí, y ahora ellos pagan los errores políticos y empresariales con la degradación medioambiental del entorno y, lo que es peor, con su salud.

Y los afectados, quienes si finalmente se coloca la incineradora tendrán que emigrar o implorar al divino durante los próximos 15 años no tener la razón, no se esconden y se movilizan. Luchan y defienden sus derechos en los lugares públicos, en las redes sociales, en la web, en los periódicos, en las universidades… pero como les pasó a los ciudadanos de Xátiva en el XVIII cuando el archiduque Carlos los dejó en la estacada, luchan contra corriente contra un destino marcado por el esperpento de una política corrupta e irresponsable que los valencianos y valencianas seguimos apoyando con nuestros votos.

Pero si una cosa nos enseña la historia, es que aquellos que lucharon a la desesperada, contra los elementos y la razón, no siempre acaban sentándose en el lado de los perdedores como Xátiva. Si en 1789 los parisinos hubieran hecho caso a su destino, hoy la libertad, la igualdad y la fraternidad [que como se puede observar estos días entre los pueblos afectados es un valor a tener en cuenta tanto o más que sus compañeros de revolución] no formarían parte de nuestros derechos como ciudadanos y ciudadanas.

Los ciudadanos y ciudadanas de Costur, Moró, Figueroles y L´Alcora somos de segunda clase para nuestros representantes políticos, pero hasta los de segunda tenemos la oportunidad de escribir nuestro destino. Como dijo Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias, y si no las salvo a ellas, tampoco me salvaré yo”. Veremos si logramos salvar las circunstancias o, por el contrario, tenemos que pedir a nuestra alcaldesa que coloque en la entrada del consistorio un cuadro al revés de la consellera Isabel Bonig como ya hiciera Xátiva con Felipe de Anjou hace tres siglos.