Volem un Futur Net: El ataque del castillo sin animo de conquista

miércoles, 7 de diciembre de 2011

El ataque del castillo sin animo de conquista

Existen momentos en la vida en el que uno puede expresarse sin más, desde el anonimato o desde el corazón, pero siempre con el respeto que nos caracteriza a todo ser humano. Por lo menos así es como yo concibo la palabra humanidad, como grupo de personas racionales con la capacidad de dialogar y llegar a un acuerdo sobre lo que está bien y lo que está mal. Por supuesto no todos vemos el mundo por igual. No compartimos el mismo punto de vista sobre los máximos de vida buena. Sin embargo, estoy segura de que si buscáramos "en serio" definir lo que está bien o mal, llegaríamos pronto a un consenso entre todos.

Hace ya algunos meses, en Alcora saltó una amarga noticia. Noticia que un principio no pareció preocupar mucho a la población, puesto que no conocíamos los verdaderos problemas que representaba la instalación de una incinerado de productos tóxicos y muy peligrosos a pocos kilómetros del pueblo que nos ha visto crecer. Un pueblo lleno de recuerdos que van desde nuestros juegos al escondite de la infancia hasta los primeros besos de aquellos novios que creíamos que iban a durar para toda una vida.

Aquellos pocos de un inicio han llegado a convertirse en unos muchos de un presente, llegando a formar una gran familia de la que me siento muy orgullosa de pertenecer. Nacimos como preocupados pero hemos llegado a conseguir un equipo fuerte, compuesto por decenas de personas quienes unidas están buscando el ataque del castillo sin animo de conquista.

Hacia el grupo de participación ciudadana he oído comentarios de todo tipo. Hay quienes están empecinados en introducirnos dentro de una ideología política o, mejor dicho, de considerarnos contrarios a la suya. Otros nos definen como una "secta" en la que parece que yo soy una de las cabecillas, y al mismo tiempo se nos acusa de comunistas por reunirnos en asambleas, las cuales tienen como única finalidad el hacer partícipes a la ciudadanía, no de alcanzar ningún poder político. Desde aquí deciros que simplemente somos unos afectados más, que con nombre y apellidos estamos luchando tanto por nuestro futuro como por el de aquellos que se empeñan en vernos como enemigos. No buscamos medallas ni ascensión social, solo queremos que todo esto termine lo antes posible.

Desde siempre, invitamos a que todo el mundo forme parte de este movimiento, tanto ofreciendo ideas como trabajando en las existentes. Nunca jamás hemos cerrado la puerta a nadie y quien así lo considere, le puedo decir que está muy equivocado. Si aquellos que pasan el día criticando invirtieran el tiempo movilizandose, otro gallo cantaría.

Ahora bien, para nada estoy dispuesta a hacer caso a aquellas personas que bajo seudónimos están intentando tirar por el suelo el trabajo de muchos, al igual que voy a luchar contra aquellas que introducen su interés personal -incluyendo aquí ideología o rendecillas del pasado, ajenas a todo esto- por encima del bienestar de miles de personas.

Personalmente tengo las cosas muy claras, sé para lo que estoy y cuál es mi lugar en la lucha. Pero mi pregunta es ¿y tú?

Eva Calvo

1 comentario:

  1. La verdad es que a muchos/as se nos cae alguna lágrima cuando escuchamos todas estas barbaridades. Es triste, muy triste, pero aun así continuamos adelante por defender lo que creemos justo y correcto.

    Yo tengo una cosa clara: quien quiere colaborar, colabora; y quien no quiere colaborar, se dedica a insultar a quienes lo hacen para así sentirse mejor con sigo mismo/a.
    Pero mala estrategía. Eso no funciona. Hacer algo para parar la incineradora es simplemente utilizar ese tiempo que dedican a insultar o a decir barbaridades en hacer otras cosas provechosas. Sólo un apunte: crear una página de facebook cuesta cinco minutos, un blog veinte y una web sesenta; ir a una asamblea 90, a una manifestación 120 y a un taller de manualidades para ayudar 200. Existen millones de cosas que se pueden hacer, y muchísimas sólo necesitan la voluntad de uno para quererlas hacer.

    Como diría un yankis de pro, no pienses qué puede hacer el pueblo por ti, piensa qué puedes hacer tú por el pueblo.

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