
La supuesta televisión pública valenciana lleva varios años siendo acusada de segar, tergiversar, adulterar o falsear la información para intentar manipular la opinión de los /as valencianos/as a favor de los intereses particulares de un grupo político determinado. Estas acusaciones han llegado incluso en clave de tesis doctoral, como la presentada por Yolanda Verdú en mayo de 2007: “Sesgo y encuadre en las noticias de televisión. Mecanismos de manipulación partidista a propósito del urbanismo y del agua en los informativos de Canal 9”. Así como también a través de estudios científicos en congresos importantes, como el presentado por las lingüistas Carla González e Isabel Olid, en el que acusan a Canal 9 de usar la lengua como un «elemento clave» de la «manipulación política» del Consell.
A estas alturas, qué duda cabe que Canal 9 es una empresa privada que funciona con dinero público, con el dinero de todos/as los/as valencianos/as. Ahí quedan ejemplos sonados como el caso Gürtel, el caso Naranjax, o la destrucción del Cabanyal en Valencia. Es tal el despropósito y la magnitud a la que ha llegado actualmente la manipulación informativa del ente público que ni siquiera se preocupan en intentar ocultarlo.
Hoy prácticamente nada escapa a su control. Cualquier noticia que pueda mancillar la buena imagen del grupo al que salvaguardan, aunque sea un caso sin importancia, o bien se extirpa del noticiario como apéndice perforado [ver ejemplo] o bien se explica de manera que ni el más erudito de los licenciados pueda comprenderlo [ver ejemplo]. Según el caso, es necesario ser doctor en derecho penal, física cuántica, lógica filosófica o ingeniería técnica para entender la noticia.
Un claro ejemplo es precisamente el grave conflicto que se está viviendo actualmente en la comarca de L´Alcalaten y otros pueblos de alrededor. El problema ha venido provocado por la intención de la empresa local Reyval Ambient de poner en marcha una incineradora de residuos tóxicos y peligrosos a tan solo 3 kilómetros del pueblo de L´Alcora. Periódicos como Levante, El País o Mediterráneo llevan semana informando de manifestaciones de más de 2.000 personas, de la recogida de más de 10.000 firmas de toda la provincia, de las concentraciones convocadas por las redes sociales, del fuerte rechazo mostrado por diferentes ayuntamientos en sus plenos (sean del color político que sean), etc. Sin embargo, Canal 9 cree que es más noticiable cuál ha sido el número de bañistas que han pasado por la playa de la Malvarrosa el último fin de semana o a qué se dedica la novia de Jenson Button, que la angustia en la que están sumidas varias poblaciones castellonenses que ven peligrar la salud y el futuro de sus ciudadanos. De hecho, no ha habido ni una sola noticia al respecto. Ni siquiera cuando 2.000 personas de distintas poblaciones salieron a la calle para protestar contra Reyval el pasado 29 de julio de 2011, o cuando los ayuntamientos de Moró o L´Alcora aprobaron recursos de alzada contra la licencia concedida por Conselleria.
El problema es, al parecer, que el conflicto mira directamente hacia la Conselleria d'Infraestructures, Territori i Medi Ambient y a su Consellera Isabel Bonig, ya que ha sido esta Conselleria la que ha otorgado la licencia para que Reyval Ambient, una empresa que ha sido multada repetidas veces por irresponsable y por malas prácticas empresariales (la última hace escasas dos semanas y por valor de 200.000 euros), pueda instalar la incineradora y llevar a cabo esta actividad tan peligrosa a tan solo tres kilómetros de una de las poblaciones más importantes de Castellón.
Sin duda, la política llevada a cabo por Canal 9 recuerda cada vez más a aquel Gran Hermano de la sublime obra de George Orwell “1984”. En la novela, a través de sus ministerios, el Gran Hermano se ocupa de controlarlo todo, incluso la información. Aquello que no se quiere que se sepa, directamente no se dice en ningún medio de comunicación. Y si en algún momento dado alguna idea se considera por el poder como subversiva, se busca toda la información al respecto contenida en los libros, en los periódicos, en los diccionarios o en los noticiarios televisivos, y se elimina. De esta forma nunca ha existido.
La obra retrata cómo estas prácticas utilizadas por el gobierno van haciendo mella poco a poco en la memoria de los ciudadanos de ese país supuestamente ficticio descrito por Orwell en la novela. Al no tener referencia escrita o visual de los hechos que almacena en su memoria, la gente empieza a dudar de si son recuerdos reales o más bien historias construidas por su imaginación. De esta forma acaban perdiendo poco a poco la memoria a medio y largo plazo. Sólo lo que dice el Gran Hermano diariamente en los medios de comunicación tiene verdadero sentido y merece la confianza de los ciudadanos.
Un claro ejemplo es precisamente el grave conflicto que se está viviendo actualmente en la comarca de L´Alcalaten y otros pueblos de alrededor. El problema ha venido provocado por la intención de la empresa local Reyval Ambient de poner en marcha una incineradora de residuos tóxicos y peligrosos a tan solo 3 kilómetros del pueblo de L´Alcora. Periódicos como Levante, El País o Mediterráneo llevan semana informando de manifestaciones de más de 2.000 personas, de la recogida de más de 10.000 firmas de toda la provincia, de las concentraciones convocadas por las redes sociales, del fuerte rechazo mostrado por diferentes ayuntamientos en sus plenos (sean del color político que sean), etc. Sin embargo, Canal 9 cree que es más noticiable cuál ha sido el número de bañistas que han pasado por la playa de la Malvarrosa el último fin de semana o a qué se dedica la novia de Jenson Button, que la angustia en la que están sumidas varias poblaciones castellonenses que ven peligrar la salud y el futuro de sus ciudadanos. De hecho, no ha habido ni una sola noticia al respecto. Ni siquiera cuando 2.000 personas de distintas poblaciones salieron a la calle para protestar contra Reyval el pasado 29 de julio de 2011, o cuando los ayuntamientos de Moró o L´Alcora aprobaron recursos de alzada contra la licencia concedida por Conselleria.
El problema es, al parecer, que el conflicto mira directamente hacia la Conselleria d'Infraestructures, Territori i Medi Ambient y a su Consellera Isabel Bonig, ya que ha sido esta Conselleria la que ha otorgado la licencia para que Reyval Ambient, una empresa que ha sido multada repetidas veces por irresponsable y por malas prácticas empresariales (la última hace escasas dos semanas y por valor de 200.000 euros), pueda instalar la incineradora y llevar a cabo esta actividad tan peligrosa a tan solo tres kilómetros de una de las poblaciones más importantes de Castellón.
Sin duda, la política llevada a cabo por Canal 9 recuerda cada vez más a aquel Gran Hermano de la sublime obra de George Orwell “1984”. En la novela, a través de sus ministerios, el Gran Hermano se ocupa de controlarlo todo, incluso la información. Aquello que no se quiere que se sepa, directamente no se dice en ningún medio de comunicación. Y si en algún momento dado alguna idea se considera por el poder como subversiva, se busca toda la información al respecto contenida en los libros, en los periódicos, en los diccionarios o en los noticiarios televisivos, y se elimina. De esta forma nunca ha existido.
La obra retrata cómo estas prácticas utilizadas por el gobierno van haciendo mella poco a poco en la memoria de los ciudadanos de ese país supuestamente ficticio descrito por Orwell en la novela. Al no tener referencia escrita o visual de los hechos que almacena en su memoria, la gente empieza a dudar de si son recuerdos reales o más bien historias construidas por su imaginación. De esta forma acaban perdiendo poco a poco la memoria a medio y largo plazo. Sólo lo que dice el Gran Hermano diariamente en los medios de comunicación tiene verdadero sentido y merece la confianza de los ciudadanos.
Tal vez es precisamente esto lo que está buscando Canal 9 con la desinformación sobre el conflicto de la incineradora de L´Alcora. Aquello que no se dice, no existe. Dentro de unos meses la gente buscará esa información y, al encontrar poco o nada al respecto, creerá que no fue para tanto, que no hubo realmente conflicto. O incluso llegará a dudar de si realmente existió algún problema con Reyval, con Conselleria o con la incineradora de L´Alcora. Sin embargo, craso error el que comete la televisión ¿valenciana?, porque Orwell escribió su obra hace más de 50 años, cuando no existía internet, blogs, redes sociales o twitter. Hoy la televisión ya no es el principal medio elegido por la ciudadanía para mantenerse informada, y mucho menos Canal 9 dado su penoso currículum vitae, sino internet. Así que pueden continuar con su política de no informar sobre los problemas reales y que verdaderamente importa a los/as valencianos/as. Pueden seguir dando la espalda a un pueblo al cual se deben y del cual obtienen los recursos necesarios para llevar a cabo su actividad. Pero la información seguirá fluyendo a pesar de tales prácticas, les guste o no.
Fuente: Patri Calvo
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