Volem un Futur Net: Manifiesto

Manifiesto

Manifiesto leído el 24 de septiembre
de 2011 en Castellón de la Plana
 

Hoy no es un buen día para ninguna de las personas aquí presentes. Nunca es grato manifestarse. Y no por la pérdida de tiempo que supone, tan escaso y tan valioso en nuestros días, sino porque detrás de toda reivindicación o protesta existe un conflicto latente que impide a los seres humanos desarrollar correctamente sus planes de vida buena, sus máximos de felicidad. 

Hoy estamos aquí porque nos aflige y nos indigna que se haya aprobado la instalación en nuestras tierras de una incineradora de productos tóxicos y muy peligrosos sin previamente haber contado con la opinión de los afectado por su actividad; con aquellos ciudadanos y ciudadanas presentes y futuros que van a tener que soportar la degradación medioambiental de su entorno, la perdida de valor adquisitivo de sus posesiones y, lo que es más importante, el deterioro de su salud psíquica y física. 

Como afectados y afectadas por esa decisión, y en nombre de las generaciones futuras que también van a tener que hacer frente a los altos costes derivados de esa decisión política y empresarial, estamos aquí para exigir de las instituciones públicas, del poder judicial valenciano y de la empresa adjudicataria del proyecto, tanto el respeto y la dignidad que merecemos como seres humanos, en tanto que seres dotados de valor y no precio, como el reconocimiento de nuestras capacidades comunicativas para poder discernir y argumentar a favor o en contra de una determinada norma, ley, acción o decisión que nos afecte. El no respeto a tales expectativas legítimas implica el uso de seres humanos como simples medios para satisfacer intereses particulares de un determinado grupo o persona, y eso es de todas todas inmoral. El ser humano es, ante todo, un fin en sí mismos, y nadie puede utilizarlo estratégicamente para lograr fines particulares sin su consentimiento previo.

Precisamente, hoy estamos aquí para denunciar este hecho, porque desde la Conselleria de Infraestructura, Territorio y Medio Ambiente se nos sigue negando el respeto y la dignidad que merecemos como seres humanos y el derecho a participar de todo aquello que nos afecte. Tras meses de movilizaciones y acciones de protesta, la Generalitat, amparándose en una ley vigente que ella misma promovió y aprobó, continúa rechazando todos nuestros argumentos, exigencias, alegaciones y quejas en contra de la instalación de la incineradora de Reyval en la comarca de L´Alcalatén. Un conjunto de buenas razones que debería haber bastado para influir en nuestros gobernantes y activar su voluntad en la búsqueda de una solución pausible a este grave problema. Pero que, sin embargo, sólo ha logrado que éstos miren pasivamente hacia otro lado amparándose tras una ley tan vigente como injusta.

Ante las dramáticas circunstancias expuestas y en las cuales nos hallamos en estos momentos, los afectados y afectadas por la incineradora de Reyval queremos argumentar y proponer a nuestros gobernantes un par de cuestiones que consideramos importantes:
En primer lugar, que si en la Comunidad Valenciana existe una ley que permite la construcción de una incineradora de residuos tóxicos y muy peligrosos a tan sólo 3 kilómetros de una población, es que esa ley necesita ser revisada y reformulada inmediatamente; porque es una solemne barbaridad; porque favorece que la maximización del beneficio económico de unos pocos esté por encima del bien común de la sociedad castellonense; porque genera altas dosis de alarma social, malestar, desconfianza, rechazo, desesperación e indignación entre la sociedad afectada; y  porque carece del consenso necesario para poder ser catalogada como justa y legítima, puesto que alcanzar ese nivel no depende de su eventual vigencia, sino del acuerdo intersubjetivo entre todos los afectados por ella; algo que, evidentemente y como puede comprobarse hoy aquí, no es el caso. 

Y en segundo lugar, que las incineradoras de residuos ni son el camino ni tampoco la solución para resolver el grave problema medioambiental al cual nos enfrentamos actualmente las sociedades occidentales por seguir aplicando un sistema económico que en sí mismo es insostenible. Primero porque no es cierto que las incineradoras eliminen en su totalidad los residuos que tratan. De toda incineración va quedando una cierta cantidad de desechos muy peligrosos que deben ser almacenados y tratados en vertederos especializados y altamente costosos para las arcas públicas. Segundo porque generan gases con una alta concentración de dioxinas, furanos y metales pesados muy perjudiciales tanto para el medio ambiente como para la salud humana. Como los estudios científicos demuestran, la asimilación continuada de estos elementos por nuestro organismo potencia la aparición de diferentes tipos de cáncer ―sobre todo en los niños―, trastornos de la fertilidad, malformaciones congénitas y enfermedades hormonales en aquellas personas que viven, principalmente, dentro de un radio no inferior a 25 kilómetros. Tercero porque crean un estado de alarma social permanente en las poblaciones más afectadas que incide muy negativamente en los niveles óptimos de bienestar de sus ciudadanos y ciudadanas. Y máxime cuando se concede la licencia para una actividad tan peligrosa a una empresa como Reyval Ambient que ha demostrado sobradamente que es legal, social, y medioambientalmente irresponsable. Y cuarto, porque existen alternativas mejores, más sostenibles y mucho menos peligrosas para la salud humana, para el medio ambiente, para desarrollo de nuestros pueblos, y para el futuro de las próximas generaciones, que la incineración indiscriminada de residuos. 

Por estos motivos, y por muchos otros que no podemos exponer aquí, los afectados y las afectadas presentes y futuros por la incineradora de residuos tóxicos y muy peligrosos de la comarca de L´Alcalatén, pedimos a la Conselleria de Infraestructura, Territorio y Medio Ambiente, al poder judicial valenciano y a la empresa adjudicataria del proyecto, que nos tengan en cuenta a la hora de tomar decisiones en las cuales nos hallemos implicados y/o afectados; que respeten activamente nuestros argumentos válidos en contra de la instalación de la incineradora; que atiendan responsablemente nuestros intereses legítimos; y, sobre todo, que se comprometan con los mínimos de justicia que una sociedad plural como valenciana valora y defiende. Porque de todo ello depende que cuestiones fundamentales para el ser humano, como el derecho a la vida, al desarrollo de los pueblos, o a disponer de un medio ambiente saludable y sostenible se den. Cuestiones que son condición de posibilidad para poder llevar a cabo nuestros planes de vida buena; para poder alcanzar nuestros máximos de felicidad.

Por todas estas buenas razones y por otras muchas, decimos hoy aquí: NO a la incineradora de residuos tóxicos y muy peligrosos de la comarca de L´Alcalatén. NO a una política medioambiental comunitaria basada en la incineración indiscriminada de residuos.  Y SÍ a la vida, al respeto, a la dignidad. SÍ al desarrollo sostenible basado en el reciclaje y el uso responsable y sostenible de los recursos escasos.


Grup de Participació Ciutadana 2.0 No a la incineradora


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